top of page
Buscar

Quién peleará por las invisibles

  • Foto del escritor: Yo soy esa
    Yo soy esa
  • 14 oct 2019
  • 2 Min. de lectura

ree

Las mujeres nunca fueron consideradas dueñas de su deseo. Los hombres sí. Hasta tal punto que se llega a justificar biológicamente. Como si el llamarte Manolo te dotara de una libido incontrolable y a toda costa justificable. Por eso, en el imaginario popular las relaciones amorosas y sexuales siempre han sido heterosexuales y, en caso de ser homosexuales, entre hombres. Por eso la palabra "gay", que inicialmente significaba homosexual, ahora sólo se utiliza para hombres.

Porque si las mujeres no eran dueñas de su propio deseo, ¿cómo iban a serlo, además, si no era al servicio de un hombre? Era impensable. Y por eso, para muchos, en la historia las mujeres lesbianas no han existido.

Y el no existir puede dar ciertas ventajas. Gracias a no existir, Gloria Fuertes pudo vivir con su novia Pyllis durante el franquismo sin que nadie dijera nada. Y como Gloria y Phyllis, otras tantas se escondieron en la condescendencia machista para intentar vivir su amor.

Pero la no existencia también tiene terribles consecuencias. Y no me refiero sólo a la falta de referentes con los que una niña se pueda identificar. Eso es la punta del iceberg. El ostracismo también tiene terribles castigos. Durante el franquismo, se crearon dos cárceles de reeducación para hombres homosexuales, una en Huelva y otra en Badajoz. Pero no había cárcel para mujeres. Ellas iban directamente al convento o al manicomio. Y de ninguno de los dos sitios se salía. Con suerte no les practicaban una lobotomía.

En las mentes normativas, las lesbianas no existieron hasta que el machismo no les encontró servicio para el hombre. Y entonces llegó la cosificación y la hipersexualización. En dos palabras: porno lésbico. Por supuesto, de consumo masculino. Y cuando sólo existes como objeto de consumo, no existes como ciudadana merecedora de derechos.

Desde hace unos años, quienes tienen el dinero para poder pagarlo han puesto en el debate público el derecho a los vientres de alquiler. Claman que es un derecho para las parejas homosexuales (de hombres ricos, claro), alegando que hay una necesidad social por aquellas parejas que ya han ido al extranjero y han pagado por sus hijos gestados. Se han llenado titulares con este tema, pancartas en el orgullo, y hasta el propio Jordi Évole lo ha lanzado como dardo en entrevistas atacando al feminismo que advierte de la posible mercantilización de los cuerpos.

Pero también hace unos años, seis en concreto, el gobierno del PP quitó el derecho de reproducción a las mujeres sin pareja o con pareja mujer, negándoles el acceso al servicio público de reproducción asistida. Porque, en sus palabras, "la falta de varón no es un problema médico". Quitaron de un plumazo un derecho a las mujeres que no tienen ese dinero. Pero las lesbianas, y más si son pobres, en el imaginario popular no tienen necesidades ni derechos. No hay ningún partido político abanderando esta lucha en su programa. Ningún titular en la televisión sigue recordándolo ya. No se debate. No se cuestiona.

La misma misoginia de siempre campa a sus anchas mientras quienes se creen liberales defienden a los de siempre. Pero por las invisibles no pelea nadie. Sólo nos tenemos a nosotras mismas.

 
 
 

Comments


Wix quiere agradecer a sus anunciates

© 2023 por Creativo. Creado con Wix.com

bottom of page